¡Cuidado! hijitos están cometiendo los pecados más horribles

Septiembre 3/2012 2:55 a.m.

«¡Escribe, Hija Mía!»

Esto dice el Señor:

«Hija mía, en esta hora hay muchos que están cometiendo los pecados más horribles, que traen la oscuridad al mundo. La abominación para la Iglesia también ocurre a esta hora; es en la madrugada, cuando nadie ve ni escucha, que se cometen los pecados más atroces, porque al mal le gusta la oscuridad. Al príncipe de las tinieblas solo le gusta la oscuridad, para hacer pecar y encadenar a mi pueblo».

«Hija mía, ora por mis sacerdotes que se han desviado de sus preferencias sexuales; que han dejado invadir sus mentes y sus cuerpos por el pecado mundano, el pecado de la carne, no son ellos los que fueron; porque es el príncipe de las tinieblas que ha traído la obscuridad a mi Iglesia».

«Hija mía, recuerda: Cuando el Pastor sea herido, muchos se dispersarán en mi Iglesia. ¡Ora!, ¡Ora!, ¡Ora mucho!  Deja que mis hijos conozcan lo que te digo, para que se ore por vuestro Pastor, el Papa. El Papa necesita de vuestras plegarias; él necesita de vuestras oraciones, para que ellas le fortalezcan; para que a través de ellas se coloque un vallado a su alrededor». ∼  (El Señor me trasladó en espíritu y veía al Papa Benedicto XVI, solo, arrodillado ante su sagrario; orando, orando y orando con el rosario. Este mensaje lo di a los servidores del grupo de oración y a otros siervos del Señor que se dedican a orar e hice entrega del mismo a algunos sacerdotes).

«Hija, hijita mía, el mal quiere hacer sucumbir a  mi Iglesia; pero no conoce que mi poder y mi amor son más fuertes y que mi luz al final triunfará. Vosotros, a quienes elegí, sed fuertes ante toda tentación; sed fuertes ante toda murmuración; sed fuertes ante toda calumnia que os quiera difamar; sed fuertes en el Espíritu; sed fuertes en la oración (porque a través de ella es que vosotros encontrareis la fortaleza y la sabiduría que os dará la claridad en los tiempos de obscuridad)».

«Recuerda, yo también sufrí calumnias, envidias, todo tipo de maltrato; pues las gentes que tenían el poder no querían ser removidas de sus puestos, puestos que los llenaban de falsas riquezas. Se vanagloriaban al creer que esas posiciones las llevarían a la gloria eterna».

 

«Muchos os critican, muchos os juzgan; pero no saben ellos de lo que hay en vuestro corazón. ¿Qué saben ellos de la luz, que alumbra resplandeciente, en vuestras vidas? ¿Qué saben ellos que sois vosotros mis elegidos? Porque a vosotros os elegí, desde antes de nacer, para que conocieran las verdades que el Espíritu del Padre os revelaría. ¿Qué saben ellos de mi Espíritu? y ¿qué conocen del Espíritu de mi Padre?».

 

«¿Es acaso que ellos han abierto su corazón, para dejar que nuestro Espíritu los toque con sutileza; para que habiten completamente en nuestra presencia? ¡Sepulcros blanqueados!  Os critican porque podéis ver dentro de los corazones y conocer, como Yo hice, la profundidad de sus vidas. Eso les molesta, como les molestaba a los sacerdotes judíos».

 

«¿Por qué os juzgan? Porque no saben que Yo vivo en vuestro templo, en vuestro tabernáculo -el que he limpiado y probado como el oro-, porque os he amado desde siempre».

 

«¿Por qué os juzgan?  Porque cuando pronuncias mi nombre  con autoridad, expulsas demonios -como Yo lo hice-; porque cuando pronuncias mi nombre, derribas toda clase de inmundicia -que hay en muchos corazones-  y liberas del pecado de los vicios – que os hacen esclavos de la carne, de la fornicación y de las desviaciones sexuales-». 

 

«Os critican, porque al veros pueden detectar que en vuestro rostro, existe una mirada diferente; porque vosotros no comulgáis con el pecado; porque habláis claro, tan claro, como Yo hablé en la sinagoga. ¡Fariseos, sepulcros blanqueados!».

 

«Hijita, muchos incluso utilizan máscaras y traen doble cara. Cuando se acercan a vosotros os tratan de una manera, dejando ver su amor y su desinterés por ayudaros; pero por detrás, cuando os dejan, son sepulcros blanqueados; pues quieren destrozaros con la lengua y quieren acabar con vuestros hermanos. Pobres de aquellos que hablan mal de su hermano, que lo critican, que lo juzgan, que lo engañan poniendo una cara enfrente de él».

 

«¿Por qué  os critican y por qué os juzgan? Porque como fariseos, les molesta que les digas la verdad; porque tú vives en mí y Yo en ti y el Padre en tu corazón y tú desprecias el pecado y todo lo que te separa de la voluntad del Padre; porque no comulgas con sus actitudes; porque reprendes con autoridad y justicia. Es cierto, tú como humana también has pecado; pero que tire la primera piedra quien no ha cometido ningún pecado. Tus pecados hijita, Yo los he tomado y te he dejado libre para mí».

 

«¿Por qué os juzgan?, si no son ellos a quienes se les ha dado esa autoridad. Esa, solo la tiene el PADRE. Les corre envidia de veros predicar, de veros hablar con autoridad mi Palabra. Pobre de aquellos que no abren su corazón; todo lo que te hacen hijita, me lo están haciendo a mí y se están condenando ellos solos. Ora por ellos hijita, pues aún, su corazón no está abierto a mi corazón.  Aunque dicen y proclaman amarme, aún hacen obras con sus manos, que borran con su boca».

«¡Ay de aquel que toque a uno de mis elegidos!, porque no saben que como un león herido saldré a defenderlos. Por eso tú, hija, sigue caminando; porque solo mi amor basta. Porque a quien está conmigo, solo mi amor le basta y nunca nadie le podrá tocar. Tú estás en Mí y Yo estoy en ti y nadie podrá estar contra ti Hija; porque al final se verá la verdad, la verdad absoluta; la verdad de todos aquellos que blasfeman y blasfeman al Padre».

«Hijita, sigue caminando, porque muchos de mis hijos no me conocen aún; sigue caminando los caminos que Yo te muestro; sigue caminando, pues te he puesto sandalias nuevas para que camines; sigue caminando que es mi vara y mi cayado el que he puesto en tus manos; sigue caminando, y cuando os encontréis cansada, toma mi vara, mi bastón, que yo os sostendré».

Cordero

«Porque, como buen pastor, pastorearás a muchas ovejas que saltan y se pierden en otros rebaños. Las ovejas descarriadas de mi Padre; a ellas tu irás a buscar y las traerás de regreso a la fuente de agua fresca, de agua limpia. Para que coman de pastos verdes; donde fluye miel y agua; donde fluye el río de mi amor; donde fluye el río de esperanza; donde fluye el rio de alegría; donde fluye el sustento de sus almas; donde fluye el amor infinito de mi misericordia. Traedlas de regreso, traedlas de regreso a mi rebaño»

 

«Es en el sacramento del amor, donde las espero para que se unan nuevamente a mi rebaño, a los pastos frescos, donde Yo las pastorearé. Es en el sacramento (sí, es sagrado, como sagrado es mi Padre), donde os imparto nuevamente mi bendición a través del arrepentimiento y la confesión de vuestros pecados; donde derramo nuevas gracias, para fortalecer vuestros Espíritus; para que os acerquéis limpios, limpios a recibirme».

 

«No os quiero con corazones manchados y sucios de pecado; como cuando me reciben en pecado de adulterio, de fornicación, pues solo traerán abominación y condenación. Muchos y muchas, piensan que está bien recibirme en esta situación, ¡Cuidado, sus almas se están condenando!».

 

«Y hay de aquellos que practican la magia negra o cualquier tipo de magia; que consulte brujos y adivinos; que visite a aquellos que se hacen llamar maestros y que practiquen todo aquello que viene de la nueva era; pues como ya os dije antes, es Satanás que se viste de luz y quiere engañaros».

 

«¡Cuidado hijitos!, porque este astuto ángel caído anda engañando a mis hijos, con su ejército de ángeles caídos; que salieron del paraíso por la desobediencia, la soberbia y el engaño¡Cuidado! No os dejéis engañar; porque es así como la abominación está llegando a la Iglesia. Muchos hijos consultan y frecuentan esos sitios y luego vienen a mi casa, la casa de mi Padre, a ofrecer miles de plegarias y súplicas por sus familias; como lo hacía el pueblo en el exilio, que adoraba dioses falsos».

 

Falsos Profetas

«Os hablo una vez más, como hable a Nínive, Sodoma y Gomorra. Como hable al pueblo en el exilio; sino cambiáis de actitudes, sino cambiáis vuestros pasos, vosotros mismos yaceréis en las llamas del infierno. Pensáis que sois más astutos, ¡que engañados estáis al utilizar vuestras mentes, para que otros hagan lo que vosotros queréis para vosotros! !Oh cuanta mentira y engaños que Satanás ha puesto en vuestros ojos! ¡Estáis vendados!, incluso los servidores de mi Iglesia se han dejado poner una venda en los ojos».

 

 

«Ahora piensan que todo esta permitido. ¡No!

Yo os exhorto, a que vuestros pies no caminen a esos lugares; pues es Satanás el que vive allí. Recuerdo, os hable de que al final de los tiempos, vendrían profetas falsos; que harían milagros y que también podrían ver vuestros corazones. Recordad, Satanás es el ángel caído a quienes ellos adoran.

 

¡Hijitos, tened cuidado! Orad en todo instante; pero no oréis a dioses falsos a ángeles falsos, porque ya os estáis condenando; ya muchos se han condenado y yacen en las llamas del infierno».

¡Hijitos, tened cuidado! Orad en todo instante; pero no oréis a dioses falsos a ángeles falsos, porque ya os estáis condenando; ya muchos se han condenado y yacen en las llamas del infierno.

«Y muchos se condenan al recibir mi cuerpo y mi sangre, con sus almas llenas de pecado y de abominación. Quisiera vomitarlos cuando se acercan a recibirme con tanta suciedad, contaminación y blasfemas a mí Nombre Santo. Pobres de aquellos que me reciben sin estar en estado de gracia en sus corazones. Pobre de aquellos que se condenan, cuando piensan que nada es pecado».

 

«Revisen su conciencia, reflexionen, pues nada se ha cambiado. Nosotros: mi Padre, su Espíritu y Yo, vivimos en un eterno presente. Por eso la ley es la misma que se dio a Moisés; es la misma para todas las generaciones: Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todas tus fuerzas y a tu prójimo como a ti mismo, fue mi mandato. ¿A caso queréis condenaros?».

 

«Vengan a mí, vengan a mí, regresen; el tiempo de mi misericordia se acorta. Mi Madre intercede por vosotros; porque como buena madre, ve vuestro sufrimiento y vuestro descarrío. Vuelvan a mí, arrepiéntanse; porque habrá un día en que no habrá misericordia y ese día, muchos querrán confesarse y no habrá sacerdotes alrededor de muchos de vosotros. Yo os dije: Estad preparados, porque la tierra pasará, pero mis palabras jamás pasarán»

 

«Estad preparados, para las bodas del Cordero; estad preparados, como lo están los que aman diariamente y viven en una eterna comunión con mi Espíritu y con el Espíritu del Padre y con mi Padre. Preparaos, os digo, porque solo el Padre conoce el día y la hora de mi regreso».

 

«Hija, ve y anuncia mi verdad, mi palabra; que es la misma que se ha hablado de generación en generación.  Porque este pueblo se vuelve sordo, ciego y mudo. Por eso en cada generación, mi Padre tiene misericordia.  Unge y escoge a sus elegidos, para que vayan como profetas a anunciar y denunciar lo que es pecado y la esclavitud que os lleva a la condenación de las almas».

 

«Pero también os envió, para que sepan que mi amor es tan grande; que siempre estoy en la espera de vuestro regreso. Que mis manos se extendieron en el madero, para abrazaros y tomaron vuestro pecado para liberaros y sanaros. Vengan, vengan a mí; todos los que estén sedientos de la fuente de Vida Eterna. ¡Os amo!».

 

«Es a través de mi Madre, de ayunos y mortificaciones, de su rosario; como os acercáis más a mí. Pedid por la conversión de los pecadores y por las almas del purgatorio; pues pocos piden por ellas y por la conversión en mi Iglesia».

 

«Hija, ¡cuánto te amo!; pues te haces dócil a mi Palabra y obediente ante mi amor.  Aunque muchos te juzguen y te critiquen, Yo, el Único Amor, el amor que más te ama, tu amor fiel, ¡siempre estoy contigo!».

 

«¡Os amo!, descansa en mi presencia, te llevo en mi corazón y como a la niña de mis ojos te protejo; pues tus ojos son mis ojos y tus manos son mis manos. Tus pies caminan, los caminos que deseo que caminen, ¡Os amo!  Pongo mi amor en tu corazón y mi Padre os bendice».

 

«Bailarás y gozarás en la presencia de mi Padre, porque el vino nuevo lo tomaremos en su presencia. Allí será la fiesta más grande, donde no habrá llanto, ni crujir de dientes. Seremos, en un eterno presente, solo amor Divino».

 

«Hijita, mi amada, descansa en mi regazo, pues Soy Yo el que os amo. Mi paz habite siempre en vuestro corazón. Solo mi Amor Basta».

 

Jesús de Nazaret.

El mensaje a la luz de la palabra

«Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte». (Mateo 5, 14). 

 

«Hagan pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras y por ello traigan gloria al padre de ustedes que está en Cielo»(Mateo 5, 16). 

 

«No temas, que contigo estoy yo; no receles, que yo soy tu Dios. Yo te he robustecido y te he ayudado, y te tengo asido con mi diestra justiciera.  ¡Oh!, Se avergonzarán y confundirán todos los abrasados en ira contra ti. Serán como nada y perecerán los que buscan querella. Los buscarás y no los hallarás a los que disputaban contigo. Serán como nada y nulidad los que te hacen la guerra. Porque yo, Yahveh tu Dios, te tengo asido por la diestra. Soy yo quien te digo: No temas, yo te ayudo». (Isaías 41, 10-13).

 

«Tú que dices: ¡Mi refugio es Yahveh!, y tomas a Elyón por defensa. No ha de alcanzarte el mal, ni la plaga se acercará a tu tienda; que él dará orden sobre ti a sus ángeles de guardarte en todos tus caminos». (Salmo 91, 9-11).