Vendrán las guerras y la desolación en áfrica
Febrero 2/2014
La Santísima Virgen, nuestra Señora pone este mensaje en mi corazón:
Se aproxima un tiempo en que más oscuridad abra en el mundo, vendrán más guerras, vendrán desastres enteros para la humanidad. Vendrá la desolación en África. Vendrá la hambruna, las tierras desérticas se secarán. ‶La humanidad se aproxima a una calamidad más grande″.
Vosotros sois mis heraldos a quienes escogí, no calléis más, no calléis más. La hora se avecina, en que tendréis que estar en continua oración. Es la tribulación que estáis viviendo. “Yo como buena Madre vengo a preveniros, para evitar que más desastres ocurran en la naturaleza” “Oren, oren, oren, rasguen sus vestiduras en ayuno, penitencia y oración”
Jesús dice: No solo miréis vuestras vidas. Mirad, mirad alrededor de vosotros. Mirad a vuestros hermanos que tienen hambre de mí y vestido de mi palabra. Yo vengo con mi Madre, Yo estoy en vuestro corazón amoroso, Yo estoy en vuestro corazón amoroso. Mis niños, mis pequeños es en vuestro corazón donde quiero estar, es en vuestro corazón en donde quiero habitar. !Permitidme entrar para que mi luz brille, para la humanidad oscura¡.
Hija mía, sed valiente, hija mía sed fuerte, Yo habito en ti. Hija mía, soy Yo el que reina en vuestro corazón, soy Yo el que reina en vuestro corazón, soy Yo el que reina en vuestro corazón.
“La paz os dejo, mi paz os doy”
El mensaje a la luz de la palabra
«“Estando luego sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él en privado sus discípulos, y le dijeron: Dinos cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo.» Jesús les respondió: «Mirad que no os engañe nadie. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: «Yo soy el Cristo», y engañarán a muchos. ¡Oiréis también hablar de guerras y rumores de guerras! ¡Cuidado, no os alarméis! Porque eso es necesario que suceda, pero no es todavía el fin. Pues se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá en diversos lugares hambre y terremotos. Todo esto será el comienza de los dolores de alumbramiento.” (Mateo 24,3-8)
«Más ahora todavía- oráculo de Yahveh – volved a mí de corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos», Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Yahveh vuestro Dios, porque él es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablanda ante la desgracia. ¡Quién sabe si volverá y se ablandará, y dejará tras sí una bendición, oblación y libación a Yahveh vuestro Dios! (Joel 2.12-1)