la santidad vs. la tecnología
Enero 29/2014
«Hija mía, Para llegar a la santidad debéis primero purificar lo que entre por vuestros ojos, vuestro pensamiento, que se acumula en vuestro corazón; es un proceso el que se realiza para llegar a la purificación de vuestras almas. Por eso os he dicho que vigilad, estad atentos -pues como os decía mi Hijo- no es lo que entra por vuestra boca lo que os contamina, es lo que sale de vuestro corazón».
«Pero como os vengo diciendo, la pureza entra por lo que escogéis vosotros en ver. Mientras a ti y a todos se os dio el libre albedrio; unos escogen el llenar sus pensamientos con las gracias, con la virtud, con los regalos y los frutos del Espíritu Santo; pero otros tuercen su camino y ven y piensan solo en las cosas pecaminosas que os ofrece el mundo».
«Empezando por las cajas de los tv, a las que llegáis y no seleccionáis los mensajes puros y limpios, sino que escogéis las seducciones y las mentiras que el inicuo os ha vendido: la seducción, la magia, la idolatría; hasta los que cantan que se convierten en vuestros ídolos. Todo lo hacéis y convertís en una idolatría, y se os dijo que “Solo amarás al Señor tu Dios” ¿Y que estáis haciendo? ¿¡Estáis ciegos!?
«La tecnología deberás utilizarla para hacer un buen uso de ella. Para encontrar la sabiduría que se ha dado a través de los años; en las escrituras sagradas, en los libros que hablan de mi vida, de la vida de quien os ha creado -de vuestro Padre- para ver al futuro de vuestro planeta, para pensar en cómo destruir el pecado y hacer un mundo mejor para vuestros hijos».
«Enseñadles a que no entren a sitios donde la red -sí esa misma red como vosotros llamáis- los envuelve y toma como una telaraña; los consume, y no les deja respirar. La curiosidad, sin falta de dirección, los lleva a abrir las puertas a enseñanzas falsas, al pecado».
«Por eso, Yo hoy os exhorto a que viváis en el momento presente; en cada minuto evaluando si vale la pena hacer y tomar decisiones, que no os llevan a la santidad.
Lavaros, purificaos por dentro y por fuera; por dentro vuestra alma, por fuera vuestras pasiones. Pues solo los que tienen un corazón puro y limpio y por supuesto un alma pura y limpia pueden escuchar mi voz y pueden obedecer al llamado del Padre».
«Algunos confunden la voz que les llama y se lanzan al ruido del mundo. Pero para ello no han sido llamados, han sido llamados a la santidad del alma y el cuerpo, para disfrutar del reino del cielo. A eso has sido llamada: a amar, a amar a través de vuestra vida, a orar y a vivir en Paz. Porque sin paz no hay santidad, pues Yo soy la paz; el que vive hoy, ayer y siempre y con vosotros esta, para guiar vuestro camino».
«Ven a mí porque te espero, ven a mí, porque te amo. ¡Ven a mí!
“La santidad se hace en el diario vivir”. Sigue caminando, que te seguiré hablando.
¿Me amas?
̴ ¡Sí Señor tú sabes que te amo! Y como amante enamorada corro a verte.
«Sígueme amando, que eso seremos, ¡solo amor!»
El mensaje a la luz de la palabra
«Que El, el Dios de la paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo». (1 Tesalonicenses 5,23).
«Procurad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie vera a Dios». (Hechos 12,14).
«Como hijos obedientes, no os amoldéis a las apetencias de antes, del tiempo de vuestra ignorancia, más bien, así como el que os ha llamado es santo, así también vosotros sed santos en toda vuestra conducta, como dice la Escritura: Seréis santos, porque santo soy yo». (1 Pedro 1, 14-16).