Ven a mí

Mayo 7/2010 1:45 am

Dejad que mis hijos vean mi gloria
¿Por qué lloráis mis amados?
Os he escogido, os he amado…
¿Y os habéis amado?
Mi misericordia se extiende,
sobre todo aquel que venga en busca de mi amor;
el único amor, el amor verdadero.
El manantial de mi amor jamás se extingue;
es fuente de agua viva,
es fuente de agua fresca;
es río que baña y purifica el pecado más obscuro.

¡Yo soy vuestro amor!

¡Venid!, ¡venid! 
¡venid!,
Venid a Mí todo el que llora,
el que no encuentra consuelo en su alma.
¡Venid!,
¡venid!,
¡venid a Mí!
Siempre espero vuestra compañía;
siempre espero,
que vuestro amor retorne a Mí.
Mi misericordia se extiende,
sobre toda alma arrepentida.

Aún hay tiempo para cambiar actitudes;
para borrar el pasado triste
y lleno de senderos escabrosos.
Aún hay tiempo para amar,
para perdonarte,
 para amarte,
para darte al otro sin temores.
Vuestro espíritu ha sido creado para amar
y entonces,
¿Por qué teméis?
¿Por qué os juzgáis?
¿Por qué os criticáis y criticáis?

¿No os has dado cuenta de que sois creaturas perfectas,
como perfecto es mi Padre?
¿No os has visto en el amor,
el amor del Padre?
¡Tú eres su creación perfecta!
Alzad vuestras manos,
alzad vuestros ojos
e inclinaos ante el Padre, que os ha creado.
Mira la belleza de tu rostro,
la hermosura de tu cuerpo,
el arte más perfecto…
¡Ese eres Tú!

Pues dime,
 ¿dónde está tu alma?
¡Sí, tus ojos son el reflejo del alma!
¡¿Y por qué estáis tristes, cuando Yo estoy contigo?!
¡Ya sé!, ¡Se os ha olvidado hablar conmigo!
No hacéis más que preocuparos por el tiempo de la tierra,
por tus trabajos pasajeros,
 por tus inquietudes,
por caminar con paso firme,
por el afán de la vida.
No hermanos, no corráis, no caminéis de prisa,
deteneros un ratito. 

Haz silencio
y escucharás la voz del viento que te habla;
haz silencio
y veras el trino de los pájaros cantar.
¡Ven!,
ven a Mí, amado mío, que te espero.
¡Ven!,
 ven que el tiempo pasa y aun te espero;
ven en el ocaso de tus días,
ven en el comenzar de tu alborada;
ven en los años de tu infancia
 y en la juventud que va de prisa

ven a mi

¡Ven!,
¡ Ven a Mí !,
mi corazón está abierto para ti.
Comerás del manjar celeste y del vino de la vida.
¡Déjame entrar en ti !
Mi niña,
camina tus pasos;
aquellos que Yo te muestro,
aquellos que Yo te indico,
aquellos a donde te envío.
Solo camina que el caminar es largo,
pero es suave, cuando estás conmigo.

Aún hay corazones afligidos,
aún hay corazones para bendecir;
Aún hay corazones,
 que no me han conocido.
¡Sigue!, 
sigue tu camino,
-que es mi camino-
 camino,
¡Caminos abiertos para amar!
No temáis,
Yo voy contigo,
¡no os podéis perder!

Hija, recuerda:
Hay un tiempo perfecto para amar
y solo Dios maneja ese tiempo.
Déjalo todo en Mí,
y así reconoceréis que soy tu Señor.
Adelante la puerta,
se ha abierto para trabajar.
La mies es mucha y los obreros pocos.
Mi guerrera de la luz,
¡nunca estas sola!
Saluda a tu Madre celestial.
Mis ángeles, te protegen por donde vas.

Os amo, como siempre os he amado.
La paz del Padre, habite por siempre en vuestro corazón.

¡Os Amo!

EL MENSAJE a la luz de palabra

«Jesús le respondió: “Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.” Le dice la mujer: “Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla”». (Juan 4,13-15).

«Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial». (Mateo 5:48).

 «Y me dijo Yahveh: No digas: “Soy un muchacho”, pues adondequiera que yo te envíe irás, y todo lo que te mande dirás. No les tengas miedo, que contigo estoy yo para salvarte – oráculo de Yahveh ». (Jeremías 1, 7-8).