os he traído a ver mi misericordia

Mayo 12/2012  4:45 a.m.

Os he traído a ver mi misericordia, a sentir mi misericordia, que se derrama sobre todos vosotros y sobre vuestras familias.

En ti confío

A medida que abrís vuestros corazones a mi amor, a mi misericordia, os daré a conocer la profundidad de mi amor divino. Esto hace que vuestros corazones se llenen de amor y quisieran acercarse a la voluntad de nuestro Padre. Es Él quien quiere vuestros corazones. Él también les dio el libre albedrio.

¿Y que ha escogido la humanidad? Ha escogido todo aquello que viene del mundo. El placer, que llena vuestros corazones es el que os separa de mi corazón y del corazón de mi Padre.
Vosotros aún no entendéis, que eso que llamáis alegría, es algunas veces destrucción. Llamáis alegría, al estar con sentimientos que os llevan al libertinaje sensual, sexual, a todo tipo de libertinaje el cual creéis que es bueno.

El demonio, quiere convenceros de que todo está bien, que todo está permitido, que todo lo que viene del mundo os trae felicidad. ¡Tened cuidado! puesto que más que felicidad, os está apartando de mi amor y de la eternidad, de la casa que os tengo preparada, la casa donde se vive en una eterna felicidad. En la casa de mi Padre hay muchas moradas que he preparado para Ti

Soy Yo, quien os llamo
Soy Yo, quien os amo.
Soy Yo, quien viene a tocar la puerta nuevamente.

Venid a mi

Aún no me cansó de llamaros, porque os amo.
Como el buen pastor ama a sus ovejas.
Aún no me canso de buscaros, por qué os amo.
Aún no me canso de amaros,
porque para eso he nacido en este mundo.
Para que la gloria de mi Padre reine.

Mis amados, mis ovejas,
vengan nuevamente a mí corazón,
Vengan con un corazón contrito,
humilde y arrepentido.
Yo no miro vuestros pecados,
Yo no miro vuestro vacío,
Yo no miro vuestra ingratitud.
Yo veo vuestro Regreso,
Yo veo las tristezas de tu corazón.
Venid a Mí, que aún os espero.

El tiempo, vuestro tiempo se acorta, porque mi tiempo, el que Yo os brindo es la eternidad, donde se vive en un eterno presente. Ese presente del reino de mi Padre que no conocéis y os es difícil entender. 
Por eso os he dado leche y comida que puedan digerir, porque de otra, manera os ahogarías. Solo mirad vuestras conciencias, vuestras debilidades y entregadlas a mí, para que Yo os de un corazón nuevo, una vida nueva. Donde no hay dolor, hambre, ni soledad. Aquí solo hay amor. Eterno amor, amor Divino.

Venid, venid, venid a mí, que os espero.
Pero venid pronto, porque el tiempo es corto. 
Os Amo. Orad no ceséis de orar, os amo.

Y a Ti mi niña, mi amada, mi princesa, ángel lindo, os guardo en mi corazón, os llevo en mi corazón. Porque tu corazón y el mío se sumergen y se unen cuando me amas, cuando oras, cuando me llamas, cuando me hablas.

Veo tu angustia, porque no sabéis a quien dar estos mensajes. No temáis, Yo voy y tú lo sabes delante de ti y son mis ángeles los que te guardan y te llevarán al lugar que Yo deseo.
Seguid orando, seguid ayunando, seguid hablando de mi misericordia y de la conversión, este es mi mensaje. 
Esto es lo que quiero, llevad mi palabra, llevad, mi amor a vuestros hermanos. Sed dócil a mi palabra que te amo, que llenará más tu corazón de mi presencia, y que llenaré más el corazón de mi presencia de aquellos que quieras que Yo cambie. Yo sé que necesitas, no dudéis que todo te lo daré. Tu seguid amando, como Yo te amo. Mi amor quede en tu corazón por siempre. Os amo, os amo, os amo. 

Tu esposo Jesús.

El mensaje a la luz de la palabra

“Yo a los que amo, los reprendo y corrijo. Sé, pues, ferviente y arrepiéntete. Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono”. (Apocalipsis 3, 19-21).

“Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.” (Juan 10,7-11).