Es en la tierra donde se gana el reino de los cielos
Julio 1/2010 11:30 p.m.
El divino amor es una fuerza que puede cambiar a toda la humanidad.
Es un sentimiento transcendental
Que traspasa las fronteras del espacio y el tiempo
Y se ancla en lo profundo del corazón
Y vibra con el sonido del canto, del trino,
Vibra con el susurro del aire.
El amor, el amor, el amor
Que poco sabemos del verdadero amor.
Amor, la donación total del amor,
Del cuerpo que, por humildad, se entrega al servicio de su hermano,
Se niega a si mismo rompiendo todo esquema de hombre
Para transformarse en divinidad.
Para darse en una entrega total, sin medir el tiempo, sin medir, ni pensar
Para darse y donarse por el más pobre, el solo, el triste, el ciego y el mudo de espíritu.
Caminamos y no vemos,
Nos encontramos en la multitud y solo se siente vacío.
¿A dónde fue a parar el amor?
Los humanos, mis hermanos están vacíos,
Ya no aman, ya no cantan,
Ya no se donan, si no es por dinero.
Si, el dinero aquellos billetes, que un día volverán a desaparecer.
Porque no han hecho de ello el uso adecuado.
¿Cuántos matáis para conseguir más billetes verdes o de otros colores?
¿Cuántos se vuelven esclavos de toda clase de placeres mundanos?
Para tener más billetes o papeles que con el tiempo no valdrán el esfuerzo con que lo han conseguido.
Porque no sabéis hacer uso de esos papeles
Con lo que os creéis que sois los dueños de la tierra,
Con lo que os creéis reyes,
Reyes sin corona,
Reyes sin paz,
Reyes con un corazón vacío.
¿No sabéis del otro reinado?
Del reinado de mi Padre,
Del reinado del amor,
Del reinado del perdón,
Del reino de los cielos,
Que no se hace en la tierra a punta de haceros ricos como llamáis vosotros,
Ricos económicamente.
Ese reinado no os deja ver al hermano en su necesidad, en su dolor y en su agonía, muchas veces mi agonía,
Ese reinado del mundo os dejará perderos del reino de los cielos.
Mi reino os dije, mi reino no es de este mundo. Ni tampoco vuestra herencia es de este mundo.
Para vosotros es el reino de los cielos, por eso yo partí a preparaos un lugar en el reino de mi Padre.
Es allí donde esperaré y recibiré a todo aquel que viva en el reino del amor, y proclame el reino del amor en la tierra.
Porque es en la tierra que se gana el reino de los cielos.
Donde no abra ya hambre, ni llanto, ni frio, ni calor,
Porque estarán con el Rey de Reyes
Vivirán con mis ángeles, adorándome eternamente
Y gozaremos de las maravillas que el Padre ha preparado para vosotros.
El amor a eso he venido, a eso vine, a amar.
A amar como el pastor y también amar con mano fuerte,
Con autoridad y poder divino, para que vean que:” Yo soy la puerta abierta por donde todos tenéis que pasar “y solo el amor os dejará pasar por la puerta de mi inmaculado corazón, para traeros de regreso al Padre del cual saliste. El alfa y el omega principio y fin de todo lo creado.
Se aproxima el tiempo de la ciega.
Estad preparaos por que la hoz va a empezar a cortar
Y la semilla que ha dado fruto será llevada,
Pero la otra la que no dio fruto bueno, será echada al fuego del infierno.
Estad preparados porque no se sabe ni el día, ni la hora en que llegue el amo, el dueño de la vid
Y mantengan las lámparas con aceite.
Permaneced en mi gracia.
Permaneced en oración, orad, orad, orad.
Solo la oración os trae de regreso a mi corazón.
Os amo, hoy más que ayer a vosotros que seguís mis mandatos. Os amo.
“No dejéis atrás a los que no me conocen, interceded por ellos para que esas almas no se pierdan”.
Te amo, cuando cierres vuestros ojos a tu lado Yo estaré.
El mensaje a la luz de la palabra
“Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor”.(I Juan 4,8)
“Entonces despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo.» El respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad. y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes”(Mateo 13,36-42)
“Esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del profeta: Decid a la hija de Sión: He aquí que tu Rey viene a ti, manso y montado en un asna y un pollino, hijo de animal de yugo.” (Mateo 21,4-5)
“Conozco tu conducta: mira que he abierto ante ti una puerta que nadie puede cerrar, porque, aunque tienes poco poder, has guardado mi Palabra y no has renegado de mi nombre.” (Apocalipsis 3, 8)
“Y oí el ruido de muchedumbre inmensa y como el ruido de grandes aguas y como el fragor de fuertes truenos. Y decían: « ¡Aleluya! Porque ha establecido su reinado el Señor, nuestro Dios Todopoderoso”. (Apocalipsis 19,6)