lo que pide el cielo

Queridos hermanos, ante todo esta serie mensajes, se han escrito en obediencia, no para causar pánico, ni para asustarnos. Son advertencias amorosas, que tienen como último fin, el estar preparados espiritualmente en todo instante. Debido a que vivimos tiempos peligrosos,donde Satanás – el principe de las tinieblas- y sus secuaces enemigos de Dios y enemigos nuestro, están demasiado activos, trayendo con ellos las tinieblas y derramando una gran obscuridad y  ceguera espiritual sobre la tierra. Queriendo robar las almas que por derecho le pertenecen a Dios.

Nuestra Señora María Santísima a dicho:  «a vosotros os ha tocado vivir  en tiempos muy dificiles, pues vendrá una gran tribulación- la guerra se aproxima, se vivirán acontecimientos dolorosos, tristesa, hambre, incertidumbre, angustia y desesparación- que será de vosotros-cuanto dolor hay en mi corazón y la madre llora». 

Ella, la Madre y Señora de todos los pueblos, nos ha alertado de los castigos. Si la humanidad no hace expiación por sus pecados y enmienda su manera de actuar, su conducta, se deseparecerán naciones enteras por la furia de la naturaleza. Más tormentas e inundaciones barreras ciudades, los sunamis barreran las costas de la tierra incluyendo esta nación, el fuego arrasará parte de ellas. La tierra temblará con magnitudes sismicas no antes vistas, por ello en la tierra se abrirán las grandes fallas tectónicas y dividirán los continentes. Quedado asi un nuevo mapa mundial.

 Acontecimientos que nos acercan cada día, al Triunfo del Inmaculado corazón de María.  Como  cristianos católicos, tenemos la fé, la esperanza y la certeza que Dios es un Dios fiel, que no abandona a su pueblo elegido, que camina con nosotros está y estará presente todos los días de nuestra vida, porque nos ama.

Estos sucesos y manifestaciones que la humanidad ya esta viviendo, nos ayudarán a permanecer alerta, atentos, vigilantes,  vivir preparados a la luz de la palabra y de la efusión del Espíritu Santo, como en la parabola de las diez virgenes,( Mt 25, 1-13). Mas  el dia y la hora no lo sabe nadie, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo , sino solo el Padre (Mt 24,36)

Como cristianos católicos,nos preparamos al triunfo del Inmaculado crazón de María y nos hallamos  en espera del regreso glorioso del Hijo del Hombre sobre la tierra. Maranatha- « ¡ Ven Senor Jesús! »

Debido a que el tiempo apremia, les invito a ser obedientes a  lo que el cielo nos invita a realizar para alcanzar la salvación de nuestra alma y la vida eterna. 

Lo que del cielo se nos está pidiendo:

• Clamar la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida diariamente.

• Examinar vuestra conciencia. Examen de conciencia diario.

• El Padre celestial desea la fidelidad y obediencia de la ley divina: los diez mandamientos. (Ex.20 1-17)

• Renunciar a satanás, a todas sus obras, al pecado ya que el pecado trae la perdición de nuestras almas. Renunciar al ocultismo, a las practicas de la nueva era, a todo aquello que nos separa de DIOS, que va en contra de los mandamientos de la ley de Dios.

• Acercarse al sacramento de la reconciliación (confesión de vida) con un corazón contrito humilde y arrepentido. Porque llegará un momento que muchos querrán confesarse y no habrá sacerdotes alrededor vuestro para hacerlo. Pecado (1Jn 1,9)

• La conversión. El cambio de una vida pagana a una verdadera vida cristiana. (Ez. 18,32)

• Necesitáis estar puros. Pureza de cuerpo, mente, alma de espíritu.

• Lectura espiritual. Leer las sagradas Escrituras/La Biblia Católica. (lc.11,28). Meditarla y vivirla.

• Orar en todo momento: (lc. 21,36)

Orar por nuestras familias
Orar por los jóvenes del mundo entero
Orar por los gobernantes del mundo enteros para gobiernen con sabiduria divina
Orar por la conversión de las Naciones del mundo entero
Orar la paz del mundo entero
Orar por los que nos persiguen y nos odian
Orar por la Iglesia
Orar por los que no conocen de Dios

• Ayuno, sacrificio y penitencia (Hch. 13,13)

• Recibir a Jesús Eucaristía en estado de gracia.

• Asistir a La Santa Misa (Ex,20,11) Dominical y si sepuede todos los dias.

• Adoración a Jesús Sacramentado- Adoración Eucarística.

• Adoración al Padre Celestial 

• Refugiarse en el San José y el el inmaculado corazón de Maria y el Sagrado corazón de Jesús.

 Se nos pide hacer silencio, para escuchar la voz de Dios que habla a nuestros corazones (Mt.6,6)

• Rezar el  Santo Rosario diariamente, que es el arma que se nos ha dejado, para batallar contra el ejército de satanás.

• Consagrarse al corazón Inmaculado de María. Llevar el escapulario.

• Clamar la misericordia del Padre Eterno y hablar de Jesús Misericordia infinita.

• A los Sacerdotes ser fieles a su Ministerio Sacerdotal.- Ser Fieles a Dios Padre Celestial, al Hijo a sus enseñanzas, a poder del Espiritu Santo y a la doctrina de la Iglesia Católica.

• A las religiosas y laicos consagrados: Ser fieles a Dios

• Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y amarás al prójimo como a ti mismo.- Perdonar de corazón a las personas que nos han ofendido.

• Que cese el crimen del aborto. (Ex.20,13)

• Comprar cobijas para los días fríos,ropa de lana agua, alimentos no perecederos.

• Clamar el auxilio de los Arcángeles, Ángeles y la intercesión de los Santos. (Las suplicas ardientes a los Santos ángeles).

• «Tened todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado; por que a los fornicarios y adúlteros los juzgará Dios» Hebreos 13,4

• Tener libros Sagrados, (Para la transmisión  de la fe ).

• Clamar La Misericordia DIVINA en todo momento.

• No asistir a misas Falsas y uniones de otras Religiones.

• Los consagrados a María, son los Heraldos de María. Y hacen parte del ejercito de María.

  • Convertirnos en adores en espiritu y verdad. 
  • Rezar la oración de San Miguel Arcangel pidiendo su protección.
  • Rezar el Padre Nuestro, Ave Marias, la coronilla de la Misericordia y jaculatorias durantes el dia, o la oración del corazón Jesús Hijo de Dios ten compasón de mi, pecador.
  • Consagrar las casas, nuestros hogares y hacer uso de los sacramentales. Aceite, agua, sal, velas ya sean benditas y/o exorcisadas.
  • Vivir el dogma de la Fe Católica y el catecismo de la Iglesia.
  • Regresen a Mi. pide el Señor – Vengan a Mi.  arrepientanse y conviertanse.Por que de no ser así habrá tanto sufrimiento  y tanto dolor que muchos no podran soportar.
  • En los momentos difíciles que la humanidad viva, solo mirenme a Mi. dice el Señor.

Hago mención de las palabras que más se repetían es los mensajes son:

Sean la luz a eso somos llamados.

“Porque en otro tiempo fuisteis tinieblas; más ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz; pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad. Examinad qué es lo que agrada al Señor, y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, antes bien, denunciadlas. Cierto que ya sólo el mencionar las cosas que hacen ocultamente da vergüenza; pero, al ser denunciadas, se manifiestan a la luz.

Pues todo lo que queda manifiesto es luz. Por eso se dice: Despierta tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te iluminará Cristo. Así pues, mirad atentamente cómo vivís; que no sea como imprudentes, sino como prudentes; aprovechando bien el tiempo presente, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino comprended cuál es la voluntad de Señor.

 No os embriaguéis con vino, que es causa de libertinaje; llenaos más bien del Espíritu. Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestro corazón al Señor, dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.(Efesios 5,18 –

Solo el Amor
» «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.»» (Juan 13, 34 -35).

–No temáis
La exhortación «¡No tengáis miedo!» debe ser leída de una dimensión muy amplia en cierto sentido era una exhortación dirigida a todos los hombres, una exhortación a vencer el miedo a la actual situación mundial sea en Oriente, sea en Occidente, tanto en el Norte como en el Sur.
! No tengáis miedo de lo que vosotros mismos habéis creado, no tengas miedo tampoco de todo lo que el hombre ha producido, y que está convirtiéndose cada día más en un peligro para él, en fin, ¡no tengáis miedo de vosotros mismos!

¿Por qué no debemos tener miedo? Porque el hombre ha sido redimido por Dios. «! ¡No tengáis miedo!» «! ¡Dios a amado al mundo! lo amado tanto qué ha entregado a su Hijo unigénito!» (cfr. Juan 3,16) este Hijo permanece en la historia de la humanidad como Redentor. La Redención impregna toda la historia del hombre, también la anterior a Cristo, y prepara su futuro escatológico. Es la luz que «esplende en las tinieblas y qué las tinieblas no han recibido» (cfr. Juan 1,5) El poder de la Cruz de Cristo y de su Resurrección es más grande que todo el mal del que el hombre podría y debería tener miedo.

«! ¡No tengáis miedo!» decía Cristo a los apóstoles (Lucas 24,36) y a las mujeres (Mateo 28,10) después de la resurrección en los textos evangélicos nos costa que la Señora haya sido destinataria de esta recomendación fuerte es su fe ella no tuvo miedo.

«¡No tengáis miedo!», tiene necesidad de esas palabras los pueblos y las naciones del mundo entero. Es necesario que en su conciencia resurja con fortaleza la certeza de que existe Alguien qué tiene en sus manos el destino de este mundo que pasa; Alguien qué tiene las llaves de la muerte y de los infiernos (cfr. Apocalipsis 1,18) Alguien que es el Alfa y el Omega de la historia del hombre Apocalipsis 22,13 sea la individual como la colectiva.

Y ese a Alguien es amor (cfr.1ª Juan 4, 8-16): amor hecho hombre. Amor crucificado y resucitado, Amor continuamente presente entre los hombres. Es amor eucarístico. Es fuente incesante de comunión. Él es el único que puede dar plena garantía de las palabras «¡No tengáis miedo!». Cruzando el Umbral de la Esperanza por Su Santidad Juan Pablo II.

Y para culminar es importe reflexionar en las palabras de San Juan Pablo II, no tengáis miedo, pues el miedo no viene de Dios, no caigamos en pánico, desconfianza, temor, o la angustia, sentimientos que Satanás quiere colocar en nuestros corazones, para que nuestra fé tambalee y desapaezca.Tengamos presente que Dios Padre es fiel a su pueblo, que  día a día caminamos con Jesús vivo, con Cristo, el Resucitado quien viene con poder y Gloria a reunir a sus elegidos.

        A LA LUZ DE LA PALABRA                                    

«Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces se golpearán el pecho todas las razas de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. El enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro.De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todo esto, sabed que Él está cerca, a las puertas.

Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre. Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del hombre.»  (Mateo 24,31–39)

Oración

San Miguel Arcángel, yo me consagro a ti. Me pongo a mí mismo, a mi familia y a todo lo que me pertenece, bajo tu poderosa protección. Acrecienta el fervor en mi corazón y recuerda que, desde este día, yo estoy bajo tu amparo.

Obtén para mi gracia de amar con todo mi corazón a Dios, Mi Padre, a Jesús, mi Salvador; al Espíritu Santo, mi Santificador, y a María, mi dulce Madre. Amén.

Oh gran príncipe del Cielo, guardián sumamente fiel de la Iglesia, San Miguel Arcángel, yo, aunque indigno de presentarme a ti, pero confiado en tu especial bondad, emocionado (a) por la excelencia de tus plegarias y de la multitud de tus buenas obras, me presento a ti, acompañado (a) por mi Ángel de la Guarda; y en presencia de todos los Ángeles del Cielo a quienes tomo como testigos de mi devoción por ti, te elijo hoy como mi protector y abogado particular, y me propongo firmemente honrarte siempre y ensalzarte con todas mis fuerzas.

Asísteme durante mi vida, para que nunca ofenda los ojos purísimos de Dios, ni con obras, o palabras o pensamientos. Defiéndeme contra todas las tentaciones del demonio, especialmente aquellas contra la fe y la pureza; y en la hora de mi muerte, dona la paz a mi alma y hazme entrar a la Patria Eterna. Amén. Aleteia 7 misiones de san Miguel Arcángel